Y qué hemos hecho en este tiempo? Ir a Lima sin visitarla (sólo tenemos una foto!), gastar tropocientos soles en llamadas al consulado (la inmensa mayoría sin respuesta), tomar el sol y hacer nuevos amigos.
jueves, 30 de abril de 2009
Espera que esperarás...
Y qué hemos hecho en este tiempo? Ir a Lima sin visitarla (sólo tenemos una foto!), gastar tropocientos soles en llamadas al consulado (la inmensa mayoría sin respuesta), tomar el sol y hacer nuevos amigos.
domingo, 12 de abril de 2009
Aventuras solitarias
El primer día, me despierto a las 5 de la mañana para pillar un bus hasta Cachora, busco una tienda de campaña que consigo a buen precio despues de una buena negociación con el tío más soso de tó Perú jejeje, pero dio con un buen negociante!!Lo normal es alquilar un guía y una mula para llevar los trastos, pero yo me encaminé solíto y con el peso a mis espaldas, buscaba emociones fuertes jejeje. Este primer días fueron 19 kilómetros andando, 11 en plano y 8 de bajada. Por el camino me encontré con Manuel, el cocinero de Choquequirao que iba con comida en mulas, lo acompañe un ratito, pero aún siendo cojo llevaba un ritmo muy rápido para mí. Muy curioso que para él, la forma de comparar los precios del Perú y España era a través del precio de "una empujada en el burdel" jejeje. Llegué un poco agotado, pero el sitio era un verdadero oásis de palmeras, césped y la compañía de Uriel, un tipo que regenta una zona de acampada entre dos montañas. Fue la primera noche al aire libre del viaje, la noche acompañaba y las estrellas no me dejaban leer.
El segundo día no sabía lo que me esperaba, así que empecé a andar tranquilamente los dos km de bajada que me separaban del río, una vez cruzado comienza la fiesta jejeje, empezaba una subida que no sabría de cuantos kilómetros era hasta que no llegué arriba. Fue durísima, en total 7 kilometros subiendo sin parar, con unos 10 kilos a mis espaldas y a partir de las 10 de la mañana un calor sofocante. No sé como explicarlo jejeje, mi ritmo de subida cada vez bajaba más y mis paradas de descanso se iban multiplicando, y cuando le preguntaba a los que bajaban (todos sin mochilita) las noticias siempre eran desoladoras: "en cuatro horas estás arriba" y cosas asi, pero realmente era lo que buscaba y aunque las iba lento y buscando mi ritmo, mi ánimo era infranqueable jejeje, pues así después de 5 horas de subida llegué a un pequeño pueblecito de 7 casas, todas de la misma familia. LLegué verdaderamente agotado, incluso vomité jejeje, pero la mami del lugar me preparó una infusión de muña para el estomago y como nuevo.
El tercer día en teoría visitaba el poblado Inka y bajaba pero decidí quedarme todo el día arriba y apreciar bien Choquequirao, además de descansar un poco, pero de eso nada, ir hasta el poblado es hora y media, lo mismo que volver, todo de subidas y bajadas, y visitar el poblado es suibir y bajar también ya que está todo un poco disperso en diferentes montes, pero muy interesante. El camino era ya ceja de selva, lleno de vegetación, realmente maravilloso.Juan Carlos el hijo de la mami de la infusión es guía y andaba por allí con unos suizos y me invitó a visitar juntos la ciudadela, fue muy interesante porque además el chico ha estudiado turismo y sabía muchísimo sobre la cultura de los inkas en la zona, lo más interasante son unas terrazas de cultivo cuyas paredes están apiladas con piedras en forma vertical al estilo Chachapoya de la selva, y que tiene incrustadas unas llamas en piedras blancas, esto es arquitectónicamente lo más importante de la zona, vienen antropólogos a ver esto exclusivamente. Pero con lo que de verdad lo flipamos fue con el vuelo del cóndor, tuvimos la suerte de ver a dós sobrevolarnos a escasos 3 metros de distancia, fue alucinante. Pero como todo no puede ser bonito, por la noche llovió a cántaros y mi tienda se inundó por los pies jejeje, así que tuve que dormir encogidito jejeje, así que decidí no pagarle el dia de más al soso que me alquiló la tienda, es lo que hay por alquilarme una tienda de playa para la montaña!!
El cuarto día comienza el descenso, todo lo que subí tuve que bajarlo, pero bajando disfrutas más del paisaje jejeje, aunque tambien es cansado eh, antes de llegar al oásis de Uriel hice un trato con un arriero, Samuel, el hermano de Juan Carlos (aquí todos eran familia) y me llevó la mochila lo que quedaba de subida y el úlitmo día por solo 10 soles, así que de pronto me sentía libre!! jejeje. A estas alturas el pan que llevaba para comer estaba durito como una piedra y estaba hartito de jamon jork, tomate y queso, pero no había otra forma, pero bueno, iba bien abastecido de fruta y oreos jeje ya que por aquí todo es carísimo al tener que transportarlo en las pobres mulitas, o pagar un tour de unos 200 dólares que vienen con cocinero claro!.
Este día dormimos en una loma desde la que se veía el cruce de las montañas, flipante!! a ver si los suizos me pasan las fotos y ya veréis!!
El quinto día fue el más tranquilo, a las 5 de la mañana ya estábamos en planta dos horas de subida y los 11 kilómetros en plano hasta el pueblo, que una vez liberado de la mochila como digo, fue mantequilla. Y así llegué a Cachora, taxi de una hora a Abancay, dos horas de descanso y un bus de 16 horas que con atasco de Semana SAnta fueron 18 hasta Lima. Y aquí acaba mi aventurilla montañera jejeje, me lo he pasado en grande a pesar de ser muy dura, y ahora la gran ciudad donde nada de especial, eso, una gran ciudad, sólo recomendaros una peli peruana "La teta asustada", un poco dura, pero merece la pena, resulta que los chicos fueron al cine y vieron la misma peli jeje, tamos conectaos!!
Lo último que se me ha pasado por la cabeza es comprarme un títere, (como la loca de Yanina), pa dar jaleillo por la calle a los transeúntes cuando vaya caminando por las grises calles de Madrid el año que viene, pero mira que he dado vueltas por Lima buscándolo, pues todavía no lo tengo, pero llegará.
Y la próxima ya desde la playita todos juntitos!!!
Miles de besos de colores a todos y todas
Jesús
viernes, 10 de abril de 2009
Qualsevol nit pot sortir el sol
Y algo conocimos de sus alrededores. Una cosa que tiene Cusco, y el Perú en general, es que saben como sacar tajada de los turistas. Para entrar en Machu Pichu hay que pagar un boleto, pero para ver cualquiera de los otros yacimientos hay que pagar otro boleto general, aunque solo quieras ver uno. Así que para poder aprovecharlo, contratamos nuestro segundo tour. Un autobús lleno de turistas nos pasaba a recoger para dar una vuelta por el Valle Sagrado, a lo largo del cual se sitúan los yacimientos más importantes.
Y al día siguiente iniciamos nuestro periplo hasta el Machu Pichu! La manera rápida de llegar desde Cusco es con el tren, que es demasiado caro para nosotros. Una alternativa muy larga fue ir en colectivo hasta Santa María, cinco horas y mil curvas. El trayecto incluía una parada en un puerto de montaña para que el conductor entrara unos minutos a rezar a la virgen (la de los mareos seguro que no era). Desde Santa María fuimos a Santa Teresa en taxi, un par de horas enmedio de un paisaje subtropical, donde pudimos identificar plantas de café y nos hizo ilusión, qué pasa? Y, finalmente, en Santa Teresa agarramos otro taxi para llegar a la central hidroeléctrica, donde se llega a un cruce con las vías del tren que lleva a Aguas Calientes, el pueblo base para la visita al Machu Pichu. Después de esta paliza de coche, andamos durante dos horas por la vía del tren hasta el pueblo. El paisaje era lindo pero caminar por las piedras y los raíles del tren no es el mejor terreno para hacer una excursión. Aguas Calientes parece Vielha, por el tipo de hoteles, servicios y por el río.
Esa noche nuestro despertador sonó a la 3 y cuarto de la madrugada. Con poca emoción y mucho sueño encima iniciamos la ascensión al Machu Pichu, 500 metros de desnivel por escaleras de piedra mal hechas... Todo esto adornado con una humedad sofocante, sobrenatural, que nos dejó completamente empapados.
Joan, si lees esto, muchas gracias por el consejo de llevarnos una camiseta limpia (o no) en la mochila. Nos emocionamos tanto con el ritmo de subida, que tuvimos que esperar media hora para que abrieran las puertas del yacimiento.
Una vez dentro, corrimos al otro lado del complejo para tener una entrada para subir al Huayna Pichu, la montaña más alta que se ve en las fotos típicas, que supone otra subida de 400 metros de desnivel. Con nuestra entrada en la mano, un guía nos hizo un recorrido por los puntos más importantes del parque: el Templo del Sol, el Templo del Cóndor, el Salón del Trono, el Templo de las Tres Ventanas, el Observatorio Astronómico, etc. A parte de esto, solo aprendimos que los incas eran humanos que no volaban y que tenían dos ojos y que no disparaban rayos. Nuestro guía se explicaba muy bien, era un genio...
A las diez de la mañana, que nos parecían las cuatro, iniciamos la subida al Huayna Pichu, más conocido como Putada Pichu, por unas escaleras resbaladizas imposibles que nos dejaron sin aliento. Sin embargo, valió la pena el esfuerzo. Las vistas del recinto y de los valles eran increíbles. Delante del inmenso panorama pudimos descansar y rehacernos del cansancio acumulado e intentamos captar la energía positiva que dicen que tiene el lugar. Mucho ruido y pocas nueces...
Así que ya hemos visto una de las Maravillas del Mundo, que nos quiten lo bailao! En definitiva, lo más impresionante es que construyeran esa ciudadela en un lugar tan recóndito e inaccesible. Por esa razón no se encontró hasta 1902, así que los españoles no pudieron destruirlo. Sin embargo, no fue hasta 1940 y pico que un americano lo dio a conocer al mundo, después de llevarse todas las riquezas que había. Ahora encuentras una placa en su homenaje nada más pasar por la puerta. Le salió bien el tiro...
domingo, 5 de abril de 2009
Contrastes peruanos
Dejamos, pero no para siempre, esta ciudad y nos adentramos en el valle del Colca, donde se encuentra el segundo cañón más profundo del mundo
Nuestra primera parada en el valle del Colca fue Chivay, el pueblo más importante de la zona. Lo primero que hicimos fue dirigirnos a la sede del AECID (Agencia Española de Cooperación i Desarrollo) donde trabaja Uxue, una amiga de Jesús. Por mala suerte justo estos días se encontraba en Granada, pero sus compañeros nos brindaron su ayuda y nos sugirieron diferentes rutas para conocer el valle.
Al día siguiente nos fuimos a Sibayo, situado en el otro extremo del valle. La comunidad inició hace pocos años el proyecto del turismo vivencial, que consiste en alojarse en la casa de una familia i implicarse en su quehaceres diarios. Parece muy "guai", pero nuestras habitaciones y baños eran de lo más bonito que hemos visto y seguro que esa tarde su tarea no era ir a pescar, pues ya no es temporada y no suelen hacerlo con hilo y anzuelo, sino con red.
Sin embargo, fue agradable pasear con ellas y sus pequeñas y simpáticas hijas y descubrir las peculiaridades de Sibayo. Es uno de los únicos pueblos de Perú, según dicen los locales, que mantiene la antigua arquitectura de paredes de piedra y techos de paja. Aún así, parte de la zona antigua se está cayendo, sus habitantes han ido
abandonando las casas, ya sea para trasladarse a la parte nueva del pueblo (más cercana a la parada de las movilidades) o por marcharse a la capital.
Nuestro paso por el valle del Colca nos gustó especialmente, pues encontramos lugares no masificados turísticamente y pudimos estar en contacto con la gente, cercana, curiosa y amable. Sin embargo, en Chivay también tuvimos una mala experiencia, ya que a Gerard le robaron la cámara. Primera constatación de la inoperancia de la policía peruana y de que cualquiera puede ser un ladrón...